Resulta ser que el mismo día que fuimos al baile de fin de curso de Daniela, al cruzar una calle nos encontramos a dos gatitos casi recién nacidos intentando cruzar una peligrosa avenida. Definitivamente su mamá o alguién los había abandonado. Así que Alma y yo decidimos adoptarlos y salvarlos.
Los pusimos en una caja y, después de finalizar el ensayo de Daniela, nos los llevamos a casa con nosotros...
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