sábado, 9 de julio de 2011

Mascota ...sólo por dos días

Un día, Virginia, una buena amiga, me ofreció a través del Facebook si no deseaba hacerme cargo de un pequeño langostino al que le hacía falta un hogar...Yo, ni tardo ni perezo, acepté adoptarlo...

Ya estando en casa, Alma y yo pensábamos qué nombre le pondríamos. Daniela, curiosa al verlo, preguntó qué era eso... Le respondimos que era una Langosta... y ella dijo "¿tota?"... y pues, Tota le pusimos.

El caso es que "Tota", tal y como me había advertido su dueña original, era una gran escapista. Tristemente se nos escapó de su pecera dos veces, la última no pudo vivir para contarlo... la encontramos muerta en la madrugada, detrás del televisor de la sala. Al día siguiente, Alma, daniela y yo, le hicimos un pequeño pero sentido entierro en el patio de la casa...



Fue, sin duda, el primer funeral al que asistía Danielita...



Adiós, pequeño amigo.



Al menos, moriste con mayor dignidad que otros como tú, en un sabroso ceviche de algún restaurante en Progreso...






(mmm... ¡¡ese gato ya olió el desayuno gratis!)





Bueno, hasta su crucesita de palitos le hicimos... ( tranquilos, no tiene nada que ver con la Bruja de Blair)


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